¡Hola a todo el mundo!
¿Cómo va la semana? Espero que muy bien.
El domingo pasado subí al canal un vídeo en el que os contaba mi rutina nocturna y es que creo que para tener un buen día es primordial pasar una buena noche y eso comienza antes de lo que pensáis.
Desde pequeña he tenido bastantes problemas para adherirme a rutinas y horarios, sí, en el plano académico y en mi trabajo siempre cumplo, pero en mi día a día me cuesta una barbaridad. Creo que se debe a una mezcla de factores pero hay dos principales: la pereza y mi capacidad de abstracción.
El pecado capital estoy intentando eliminarlo, es algo arduo, aunque estoy en ello; lo que llevo peor es la capacidad de evadirme. Os juro que hay momentos en los que pierdo completamente la noción del tiempo, es como que mi cabeza desconecta por completo del cuerpo y para cuando quiero darme cuenta ya ha pasado una hora. Es por ello que uno de los primeros consejos que os voy a dar para la vuelta a la rutina es: el uso de alarmas.
Puede parecer una tontería, sin embargo, desde que las uso gestiono mejor eso de no perder el tiempo y de centrarme en hacer una actividad en X minutos u horas. Así, entre tú y yo, ¡tengo puestas las alarmas hasta para que no se me olvide hacer las comidas!
Así que con mi alarma de las 20 horas es cuando arranca realmente mi rutina nocturna y cuando dejo de lado mi ordenador. Lo primero que hago es algo de deporte y es que todas las horas que paso sentada, más de diez de media, pasan factura (mucha). Así que lo que suelo hacer es salir a correr o andar cuando el tiempo me lo permite o en su defecto quedarme en casa y hacer alguna rutina de ejercicios (mis favoritos son las clases de Aerobic, me lo paso genial con ellas. También con el yoga o incluso con zumba).